lunes, 12 de marzo de 2012

Pensar, escribir, actuar: las razones de este blog

En los tiempos especialmente difíciles en que vivimos no parece moralmente aceptable la neutralidad. La fuerte restricción del gasto, con recortes sin precedentes en políticas sociales, la re-ideologización de la sociedad sobre principios ultraliberales que intentan imponer los líderes conservadores de la Unión Europea, encabezados por el dúo Merkel-Sarkozy está teniendo repercusiones nefastas en la vida cotidiana de millones de ciudadanos, especialmente de los más débiles (a quienes pertenecen a lo que Antonio Gramsci denominó "clases subalternas"), lo que convierte al escritor en un testigo que no puede guardar silencio, en una voz que puede ayudar a entender el mundo, en mirada crítica y civil.

Este blog, que "roba" a Gabriel Celaya el título de uno de sus más conocidos libros de poemas, tiene como pretensión esencial abordar una necesaria reflexión sobre la situación política, sobre las corrientes que atraviesan la sociedad, sobre su influencia en el panorama cultural del siglo XXI. Nace para separar ese tipo de reflexiones y artículos de lo que es dominante en mis blogs: la literatura de creación. Tanto Al margen, como La estantería de Al margen como Letras viajeras son bitácoras nacidas, pensadas y dedicadas a la literatura y a su relación con la sociedad.  La poesía, la narración, la crítica de poesía, la memoria, el texto literario y la literatura de viajes forman parte de ellos. Blogs de irregulares plazos entre post y post, pero enfocados a tocar el corazón de mis obsesiones y fantasmas más profundos, más fructíferos desde el punto de vista de la creación. En Tranquilamente hablando abordaré lo que en ellos no cabe o, cuanto menos, lo que por ser destacable desde el punto de vista político no tiene espacio en los otros blogs.


No creo en los consejos que comencé a escuchar en mi familia y en las familias de mis amigos, en los años de la dictadura: "la política para los políticos", "todos los políticos son iguales", "no te metas en política" fueron consejos con los que crecí y me eduqué en el Madrid de los años sesenta. Esos lemas están todavía vivos (demasiado vivos) en nuestra sociedad y esponjan la prevención, cada vez más poderosa, de nuestros escritores, del mundo del pensamiento, de la intelectualidad en definitiva. Hasta tal punto es así que para un escritor estar afiliado a un partido político es una especie de baldón del que mejor alejarse. Y confesarse socialista es jugar no pocos números para que en el mundo literario te juzgue con prevención, con no pocos prejuicios.

Mis principios de actuación están muy alejados de aquellos consejos que escuché hasta el hartazgo en la infancia y en la adolescencia. Desde los diecisiete años he vivido de manera activa e intensa mi compromiso con proyectos colectivos, algo de lo que me enorgullezco. En un mundo férreamente individualista como el artístico no es fácil mantener esa bandera. Sin embargo, pienso que ser radicalmente individualista como creador (en la relación entre el autor y la obra) no contradice el compromiso con un proyecto colectivo. Nada de lo que ocurre en el mundo me es ajeno. No lo es, lo decía al principio, la situación en Europa y en el mundo, pero tampoco lo es la que vivimos en España y, de manera muy especial, la que, desde hace varios lustros vivimos en la Comunidad de Madrid: dieciséis años con un gobierno regional de la derecha (hoy presidido por Esperanza Aguirre, exponente de las posiciones más conservadoras del Partido Popular) y veintidos años con un gobierno municipal también de la derecha, hoy presidido por Ana Botella, protagonista de la "crónica de una herencia anunciada", novela escrita por Ruiz-Gallardón como amanuense y por Aznar como fuente nutricia.

Ambas realidades, cimentadas en una comunidad autónoma en la que tradicionalmente el peso de la izquierda ha sido más que notable y en la que, según los estudios sociológicos más creíbles existe una mayoría ideológicamente progresista, de centro izquierda, de la que una parte considerable lleva lustros refugiada en la abstención, tienen que ver, sin duda con los aciertos del Partido Popular. Pero no es menos cierto que la responsabilidad del principal partido de la izquierda, el PSOE (ya fuera en su versión precedente, como FSM, ya lo sea en su versión actual, PSM), es decisiva: no es explicable esa hegemonía conservadora sin la renuncia, de facto, del PSOE a movilizar a la opinión de la izquierda, a extender la idea de que es posible construir una Comunidad distinta, cuyas políticas descansen en una concepción progresiva del Estado del Bienestar. Se puede argüir ante esta afirmación que no es compartida por la dirección del PSM. Sin embargo, subrayo que he hablado de renuncia de facto. Es decir, en los hechos y no en la teoría. Si no fuera porque los datos son los datos, sería inverosímil hablar de una región en la que el Área Metropolitana (el antaño llamado "cinturón rojo"), el Corredor del Henares, gran parte de los distritos del sur y este de la capital, con una población asalariada, en parte en el desempleo, cuentan con una mayoría electoral abrumadora de la derecha y con una alta abstención adjudicable a la izquierda.

¿Por qué hablaba de una renuncia de facto, es decir, en los hechos? Porque la práctica cotidiana, el funcionamiento interno del partido en Madrid (encabezado desde 2007  por Tomás Gómez), la dinámica de gran parte de sus agrupaciones, las formas de hacer política en su relación con la sociedad, están condicionadas por una fuerte tendencia al ensimismamiento, por una visión internalizada de la vida política. El PSOE en Madrid "mira hacia adentro" y vive una creciente desvinculación de los movimientos sociales de todo tipo. Creo que ése es el problema esencial que lo tiene atenazado, incapacitado para crecer y ser alternativa desde hace mucho tiempo: por mucho que en sus documentos congresuales, en sus resoluciones y en sus declaraciones de principios se hable de "tejido social", de impulsar la participación ciudadana en la vida del partido y en las instituciones, su funcionamiento habitual, su dinámica interna lleva a lo contrario. Quizá el reciente congreso del PSM podría haber abordado con una perspectiva de futuro ese problema. Sin embargo, mucho me temo que no haya sido así. Sobre ello reflexionaré en próximas entradas en este blog recién nacido.

2 comentarios:

  1. Enhorabuena, compañero y amigo Manuel, por esta nueva andadura. Estoy seguro que esta bitácora se convertirá en una de las referencias intelectuales que necesita la sociedad. UN ABRAZO!!

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  2. Enhorabuena por esta nueva fuente que nos abres, Manuel. Cofieso que no doy abasto a tanta realidad virtual , pero todo es poco para cobatir tanto desmán como tenemos encima. Un abrazo

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